"El vocablo chino Feng significa Viento y chui Agua. La frase "viento y agua"
En el feng shui se emplea un cierto número de objetos para contrarrestar las malas influencias y potenciar las positivas las positivas, o proporcionar una protección especial a los residentes de una casa. Las siguientes secciones discuten algunas de las herramientas más populares y el modo en que las emplean los practicantes del feng shui.
Espejos
Los espejos, en todos sus tamaños y formas, son unas herramientas poderosas en el feng shui. Tienen el poder tanto de desviar como de reflejar; repelen el mal y aumenta el bien. Sin embargo, como poseen estas características poderes interesantes, no deberían usarse de forma casual. A veces los espejos son propuestos para el uso del feng shui por sacerdotes o chamanes, con oraciones y rituales desarrollados para ese propósito. Un espejo de este tipo no es un juguete ni un objeto decorativo de diversión que se pueda mover libremente. Se trata de un aparato serio, destinado a colocarse en un punto específico para influir en el feng shui de una casa de una manera específica.
De hecho, hay un tipo muy especial de espejo que el lector no tendrá ocasión de usar, a pesar de lo cual es interesante saber algo sobre el. Es un espejo de exorcista, utilizado por un sacerdote o chaman entrenado para capturar un espíritu maligno o absorber fuerzas malévolas, tras lo cual se rompe y sus fragmentos se arrojan a la profundidad del mar o se entierran bajo tierra. Estos espejos, que sólo se usan cuando ha habido una enfermedad o tragedia graves, son herramientas peligrosas.
Incluso los chamanes se muestran muy cautelosos al manejarlos, debido al mal karma que se les puede adherir.
Sin embargo, y por lo general, los espejos (en especial los corrientes) son buenas herramientas con muchos usos positivos y beneficiosos,
Como los que se detalla a continuación:
Se puede usar una serie de espejos de pared para reflejar y potenciar tanto la luz natural como la artificial en espacios oscuros que posean un exceso de energía YIN. Los espejos de pared decorativos de este tipo tienen el valor añadido de crear la ilusión de una mayor profundidad y amplitud en los cuartos atestados o estrechos.
Se pueden colocar espejos en la pared norte de un cuarto para reflejar la luz natural procedente del soleado sur; también se pueden emplear en rincones oscuros o en pasillos sin salida para iluminar áreas oscuras y aliviar la atmosfera sombría.
Como se comentó antes, un espejo grande también se puede usar para contrarrestar el filo del cuchillo de una puerta que se abra hacia dentro. Si se emplea en un dormitorio, los lectores deberían tener cuidado de que no refleje el cabecero de la cama, o, lo que sería ideal, ninguna otra parte de ella para evitarlo, habría que compensarlo o taparlo con cortinas bonitas. Un espejo tampoco debería reflejar la cabeza y el cuerpo de una persona sentada ante un escritorio o una mesa; no es bueno para dicha persona encontrarse con su propia imagen de forma repetida mientras está sentada en un lugar durante cierto periodo de tiempo.
También se les puede dar un uso magnifico en vestíbulos y entradas un espejo de pared bien proporcionado colgado en un vestíbulo oscuro le añade algo de vida a ese espacio y lo vuelve bastante agradable; también reflejará el filo de cuchillo de la puerta, y la mayoría de estas se abre hacia dentro. Así mismo, un espejo es una buena preocupación si la entrada de su apartamento se halla justo enfrente de la de su vecino, algo que ocurre con frecuencia, aunque se considera un feng shui malo que con toda seguridad promoverá conflictos y hostilidad. Un espejo en la entrada puede ayudar a mitigar esta situación, desviando las malas influencias antes de que puedan dañar otras áreas de la casa.
Las formas geométricas se encuentran con más asiduidad en las discusiones del feng shui exterior, en las que se usan para analizar y caracterizar diversos aspectos del terreno y el paisaje. Pero la geometría de los interiores también es importante. Como se comento antes, el pensamiento cosmológico daoista clasifica todas las cosas según los 5 elementos (mental, agua, madera, fuego y tierra) y sus combinaciones, que pueden ser conflictivas o complementarias. Muestra la aplicación de la teoría de los cinco elementos en forma geométricas básicas. Estas asociaciones se pueden utilizar en el feng shui interior con el fin de neutralizar y compensar un mal sector: por ejemplo, si la entrada de una casa está situada en el este, ello coloca el sector oeste en el dominio de la muerte. Pero el oeste también está asociado con el agua, y dicha asociación positiva se puede potenciar situando un mueble curvilíneo una forma de agua en esa zona. Los lectores creativos deberían divertirse al considerar las posibilidades de diseño inspiradas por el uso de formas geométricas como encarnaciones de los cinco elementos, y aplicándolas para armonizar su espacio vital. Incluso a los elementos estructurales como las ventanas se les puede modificar la forma para influir en el feng shui de un cuarto.
Las obras de arte se pueden usar de manera muy eficaz en el feng shui. Una técnica popular es colgar un cuadro con colores cálidos y un paisaje exuberante para añadirle vida a una fría pared norte. La pintura de un lago u otra masa de aguas quietas es ideal para una pared oeste, que es el dominio del tigre blanco y está asociado con el agua y las tierras pantanosas. Y es bueno exhibir cuadros con motivos o símbolos religiosos en un sector de mala dirección para compensar su influencia.
Las esculturas como una pareja de perros, leones o tigres fu son buenas guardianas de las entradas de las casas u otros edificios. Para repeler las malas influencias se pueden colocar versiones más pequeñas de ellas en sectores desfavorables dentro de un hogar o un cuarto. También buenas para este propósito son las mascaras de dragón de madera, o figuras religiosas como ángeles o una estatua de Guanyin, diosa de la misericordia. Asimismo se puede colocar un texto religioso una Biblia, un Corán o una colección de sutras budistas en un mal sector para potenciarlo.
Monedas
Hace tiempo que las monedas antiguas se consideran como talismanes de la buena suerte, no solo por los chinos, sino por muchas culturas. En occidente, a menudo estas se montan en anillos y otras joyas tanto por la suerte que brindan como por su estilo. Pero la tradición popular china tiene algunas costumbres especiales a propósito de ellas.
Una de ellas son los sobres pequeños de papel rojo para envolver el dinero de la buena suerte del año nuevo. Se venden en muchas tiendas chinas, o los lectores pueden fabricárselos doblando un cuadrado de papel rojo alrededor de un par de monedas, asegurándolas bien en el interior. Hagan cuatro de esos sobres las monedas pueden ser chinas u occidentales, nuevas o antiguas y fíjenlas a cada una de las cuatro esquinas de la cama o a las patas de un escritorio o mesa de trabajo. Situar los sobres de manera discreta, para que no queden expuestos directamente a la vida de otros. Si lo desean, pueden colocar sobres similares en las cuatro esquinas principales de su casa o apartamento, o encima del marco de una entrada, donde un único sobre basta para potenciar la buena suerte.
Las monedas chinas antiguas, de las que tienen agujeros cuadrados en el centro, con frecuencia también se unen en hileras de tres, cinco o siete. Para ello se usan dos cordeles rojos, preferiblemente de seda, ya que el rojo esel color de la felicidad. Los cordeles se pasan por los agujeros de las monedas y se anudan tal como se muestra en la figura 28. Las hileras de este tipo se cuelgan sobre la entrada principal de una morada para la buena suerte y la protección d las influencias negativas. También son herramientas útiles para neutralizar los sectores de dirección malos como el desastre y la muerte. Se pueden colgar horizontalmente entre dos clavos (un buen modo para situarlas encima de una puerta) o verticalmente de uno sólo de ellos (cuando el espacio es restringido).
Las monedas modernas también se pueden emplear para contrarrestar un mal sector. En una mesa pequeña o estantería de pared colocar cinco tazas con tapa. Llenar cada una con agua, depositar un penique o un centavo en ellas y tapar la taza con la tapa hasta que se consiga una evaporación lenta. Cambiar el agua cuando haga falta. Si parece excesivamente complicado, se puede emplear una distribución de cinco animales talismanicos tigres, osos, dragones, leones, o una combinación de ellos para conseguir un efecto similar.
Jade
Los antiguos chinos consideraban el jade (nefrita o jadeíta) y los objetos tallados de él como talismanes de la buena suerte. Creían que el jade era una piedra sagrada dada en regalo del cielo a la gente de la tierra. En la antigüedad, los viajeros siempre se ataban un disco o un colgante de jade al cinturón para seguridad y buena fortuna en sus viajes, y aun es el mineral favorito de muchos asiáticos en las joyas tanto para el hombre como para la mujer. De un modo similar a las monedas antiguas, las piezas o estatuillas pequeñas de jade se puede usar para mitigar los sectores desfavorables.
Los árboles o las plantas se pueden emplear como pantalla visual para suavizar una visita desagradable delante de una entrada principal o del otro lado de la calle. Para las entradas o ventanas que den a un cementerio, o se vean amenazadas por algún otro objeto en la calle de enfrente, colocar una pantalla de pequeño bambú Guanyin (que no crece más allá de los 2, 20 ó 2, 40 metros) para tapar la vista. También servirán pinos pequeños o una valla de rosas rojas espinosas. Consulte con un experto en árboles y plantas para averiguar qué clase podría ser la más apropiada para su residencia en términos de altura, patrón de crecimiento, cuidado y mantenimiento y coste.
Para vistas menos amenazadoras, como un edificio feo en la distancia, una chimenea o un gran solar vacío, una distribución más pequeña de cinco macetas con cactos a lo largo del alfeizar interior de una ventana puede asimismo servir como pantalla visual y de flector de malas influencias. Además, si una persona prefiere un enfoque de confrontación con el fin de contrarrestar un mal sector dentro de una casa, quizá funcione un cacto grande. Sin embargo, bajo ningún concepto debería colocarse uno en el centro Qi de un espacio o a lo largo de la pared oeste; estas aéreas pueden resultar dañadas por las espinas y la sequedad. Además, para los peores sectores, como el de la muerte y el desastre, a veces es desaconsejable mostrar un talante demasiado combativo. Tal vez sea una mejor idea usar talismanes u objetos de la buena suerte para desviar las malas influencias de estos sectores.
Por lo general, una placa Bagua es octogonal de madera y está adornada con los Bagua (ocho tri gramas) y el símbolo Yin-yang habitualmente se pinta de rojo o amarillo, más otros colores. El rojo es para la felicidad, y el amarillo simboliza la nobleza, el poder y la estabilidad. En la antigua china el amarillo dorado era el color designado para un emperador y su casa real. Algunas versiones pueden tener un pequeño espejo redondo en el centro; otras la cabeza amarilla de un tigre sosteniendo los Bagua. La placa Bagua es un objeto muy eficaz para desviar, los conflictos y las malas influencias, y se puede colocar discretamente en una pared, una estantería o la superficie de un escritorio en los sectores de mala dirección dentro de una casa. Muchos chinos la cuelgan en el exterior sobre la entrada principal para repeler las cosas desagradables que llegan a esa puerta frontal. A algunos les gusta añadir una luz pequeña que de noche brille en el signo para conferirle un énfasis y efecto adicional.
Los lectores pueden comprar una placa Bagua en una tienda china. Pero siempre es divertido hacer cosas, y quizá quieran tratar de fabricarse su propia placa Bagua, siguiendo el diseño básico que se da aquí, y pintarla de varios colores. Entonces será suya de verdad, e incluso tendrá más valor como protectora de la casa.
Se trata de una espada ceremonial y decorativa, bien de manera, con siete círculos que representa cada una de las siete estrellas visibles de la Osa Mayor exhibidas en el centro de ambos lados de la espada . Las estrellas están unidas por una fina línea en zigzag, como se muestra aquí, para simbolizar la Osa Mayor y su alianza con la Estrella Polar con el fin de fomentar la justicia y contrarrestar el mal. Por lo general, las estrellas se graban o se engastan en la hoja. Pero si los lectores quieren hacerse su propia espada de Siete Estrellas, Estas se pueden pintar, de amarillo o de blanco. El fin de la espada decorativa es colgar horizontalmente sobre ventanas con vistas desagradables o sobre la pared de sectores malos en el interior de la casa.
Una variante de este tipo de espada en el feng shui es la tradicional espada de monedas, hecha con muchas monedas chinas antiguas apiladas y unidas con cordeles de seda roja. El fin de estas espadas de monedas también es colgar sobre una pared o una ventana. Son artículos de coleccionista, y debido al número de monedas antiguas que se requiere para fabricarlas, pueden ser bastante caras aun cuando sea lo bastante afortunado como para encontrarla.
Campanillas
Las campanillas se han vuelto recientemente muy populares en las distribuciones del feng shui. La gente las cuelga para atraer la buena suerte. No obstante, en cierto sentido son como los espejos; hay que tener cuidado en su empleo.
Según las creencias chinas, el repicar de una campanilla crea un sendero de sonido que une el cielo y el infierno, con su punto de conexión aquí en la tierra. Contenido dentro del sonido de la campanilla existe lo sagrado y lo profano, el bien y el mal. Las campanillas pequeñas de metal tradicionalmente se cuelgan bajo los extremos de los aleros curvos de los templos budistas o daoístas, las pagodas o las salas Sutra. Durante el día el viento las agita, haciéndolas sonar para dispersar a los espíritus malignos y a los espectros errantes; pero tras la puesta del sol, las campanillas se vuelven alojamiento temporales de esos espíritus y espectros hasta el nuevo día. La compasión y generosidad de los sacerdotes y monjes les proporciona a esos tristes espíritus y espectros sus diminutos albergues. Pero los vientos y las brisas nocturnas que mueven las campanillas también sirven para recordarle a dichos espíritus que solo son visitantes transitorios.
Entre los practicantes modernos del feng shui, el empleo de las campanillas para potenciar la buena suerte es un uso controvertido.
Algunos eligen porque se trata de una tendencia nueva; pero otros lo consideran imprudente. Ciertamente, los practicantes mayores prefieren que las campanillas se vean restringidas a los emplazamientos religiosos como altares, templos y monasterios, y que solo se usen en los rituales religiosos, como los exorcismos o las ceremonias para desterrar la enfermedad.
Además, si se cuelga una campanilla en el interior para una función de feng shui, y esta no se halla adecuadamente iniciada por un sacerdote daoista u otro adepto, con el tiempo puede convertirse en un hogar confortable para los malos espíritus, que entraran en la morada para residir en ella. Estos son puntos importantes para cualquiera que esté pensando en usar campanillas.
Las campanillas colgantes para decoración y celebraciones son divertidas, y no deberían tener efectos secundarios adversos. A todos nos gustan. Sin embargo, el empleo de una campanilla como una herramienta de feng shui en una posición específica es otra cuestión, y requiere cuidado y buen juicio. Igual que con los espejos, tener campanillas en una casa no es nada malo. Pero úselas de modo selectivo, con plena conciencia de su poder y de su importancia simbólica.
Un juego de talismanes daoístas, impresos en papel rojo, se adjunta en las páginas siguientes como un rasgo especial de este libro, y el autor invita a los lectores a arrancarlos y a colocarlos en puntos estratégicos de sus hogares u oficinas. A continuación se describen la historia y el significado de estos amuletos de la buena suerte.
Los amuletos de la buena suerte de este tipo son muy populares entre los chinos, ya que son baratos, fáciles de usar y también bastantes decorativos. Por lo general están escritos por sacerdotes daoístas que lo inician con diversos rituales religiosos. De hecho, estos talismanes se consideran sagradas “órdenes vigentes” de un dios en particular que comanda as los espíritus malos a mantenerse a distancia. A veces se escriben con tinta de cinabrio sobre tiras de papel de arroz amarillo, pero para su uso corriente en un hogar, en especial durante el Año Nuevo u otros festivos, generalmente se escriben con tinta negra y en papel rojo. El rojo alude al pájaro Rojo del Sur el sol y simboliza la felicidad. Debido a lo auspicioso del color, se cree que las palabras de los dioses escritas en tinta roja o en papel rojo ganan incluso más autoridad y poder.
La tradición del empleo de talismanes escritos para eliminar el mal nació hace mucho. La forma de los caracteres que se usa en ellos es una caligrafía cursiva y decorativa especial, una mezcla de varios estilos de caligrafía e inscripciones de sellos antiguos. Según la leyenda daoísta, la fabricación de los talismanes escritos empezó con el famoso maestro Zhang Liang (también conocido como Zhang Daoling), quien nació en el 34 d. C., en la provincia de Jiangsu en la costa de china. Era considerado uno de los patriarcas importantes del daoísmo. Igual que su ilustre antecesor Zhang Liang (230?-185 a. C.), a quien conocimos en la primera Parte de este libro, Zhang Daoling era un gran estudioso de la astrología y la numerología. A mitad de su vida ya tenía fama a lo ancho y largo del país por su conocimiento y habilidad, y fue convocado por el emperador para que sirviera en la corte imperial. No obstante, igual que su remoto antepasado Zhang Liang, desoyó esa llamada, y a cambio se adentró en las montañas y los bosques para vivir como un recluso y comulgar con los dioses. Después de muchos años de vagar por toda china, se asentó en el corazón del terreno agreste del Monte Qing Cheng, en lo que actualmente es la provincia d Sichuan. Se cree que alcanzó la inmortalidad y, de acuerdo con la leyenda, vivió hasta la edad de 122 años en esta tierra, que “abandonó” en el año 156 d. C. Antes de hacerlo, recibió instrucciones de los dioses celestiales para transcribir las escrituras daoístas y los talismanes que ayudarían y protegerían al pueblo, al que curaría de sus enfermedades.
Muchos siglos después, durante la dinastía Song (1127- 1279 d. C.), otro tátara tataranieto de la familia Zhang llamado Zhang San Feng también se convirtió en un maestro famoso y reverenciado de la religión daoísta. Hasta nuestro presente, los historiadores siguen sin saber cuándo nació Zhang San Feng o la fecha de su fallecimiento. Según una historia, nació en 1247 y vivió más de 120 años, es decir, ¡desde la última etapa de la dinastía Song, entrada de Yuan y hasta comienzos de la Ming! Los historiadores creen que en realidad quizá hubiera dos o tres personas de la familia Zhang que usaron el mismo nombre… lo cual explicaría también los muchos e importantes libros daoístas escritos bajo dicho nombre.
Sea como fuere, la leyenda le acredita a Zhang San Feng la invención del taijiquan, los ejercicios de meditación todavía populares tanto en china como en occidente (donde quizá sean mejor conocidos como Tai Chi). También se afirma que mantuvo una comunicación especial con los dioses, quienes le dijeron que ayudara a liberar al pueblo de las enfermedades y las dificultades, y que “murió” varias veces, regresando de nuevo para continuar su obra en la tierra. Sus técnicas para escribir y usar los talismanes daoístas se consideran, junto con el taijiquan, su legado más duradero. Tal vez algunos talismanes los incorporaran sus seguidores, pero se cree que casi todos ellos son copia fiel de los originales de Zhang, preservados a lo largo de los siglos en versiones escritas e impresas.
En este libro he proporcionado una muestra representativa de dichos talismanes para uso de los lectores. Se ha seguido la tradición caligráfica de los pictogramas originales, aunque todos los talismanes tienen el estilo de escritura y pincelada del autor: La siguiente es una lista de los talismanes y una descripción de su significado y empleo.
De una habitación, aunque resulta de especial utilidad para ayudar a naturalizar un sector malo.
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